sábado, 8 de mayo de 2010

Queda Prohibido

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber qué hacer,
tener miedo a tus recuerdos...

Queda prohibido no sonreir a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños,...

Queda prohibido no intentar comprender
a las personas,
pensar que sus vidas valen menos que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha...

Queda prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da,
también te lo quita...

Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti, este mundo no sería igual...

lunes, 15 de febrero de 2010

El mar

El mar: antes que el sueño (o el terror) tejiera
mitologías y cosmogonías,
antes que el tiempo se acuñara en días,
el mar, el siempre mar, ya estaba y era.


¿Quién es el mar? ¿Quién es aquel violento
y antiguo ser que roe los pilares
de la tierra y es uno y muchos mares
y abismo y resplandor y azar y viento?

Quien lo mira lo ve por vez primera,
siempre. Con el asombro que las cosas
elementales dejan, las hermosas
tardes, la luna, el fuego de una hoguera.


¿Quién es el mar, quién soy? lo sabré el día
ulterior que sucede a la agonía.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

SE QUERÍAN

Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de día, playa que va creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Amando. Se querían como la luna lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal, mundo, quietud, su forma.
Se querían, sabedlo.

viernes, 11 de diciembre de 2009

PALABRAS INCIERTAS

La palabra es bella.
La palabra es música.
La palabra hace amigos y crea la luz.

Pero no es palabra cuando está ciega,
cuando es opaca, y no refleja la verdad.
No es palabra cuando está vacía y carece de valor,
porque todo lo convierte
en un invierno infinito
que no alberga esperanzas de que salga el sol.

Cuando tu bandera es la mentira
y tu lema la ambición,
cuando tus oídos están sordos
y congelado el corazón,
no tienes vida, porque tu vida no es real,
es sólo una máscara de cristal, que se agrietea sin tocarla
y se hace añicos al respirar.

Y tu razón, ¿Cómo es tu razón?
sencillamente, irracional.

Calla tu palabra engañada
y escucha mis sentimientos.
Cura tu alma envenenada
que tanto sufre dentro.
Quema tus libros
y esconde sus cenizas.
Arranca la maleza de tu jardín
para que no mueran las semillas,
para que renazca la vida
y se acabe el invierno.

Abre las ventanas
porque ya está amaneciendo
y quiero ver el sol.
Abre los ojos, cambia el vuelo
y recuerda que aún no es tarde,
estás a tiempo
de destruirlo todo,
y empezar de nuevo.

martes, 8 de diciembre de 2009

lunes, 25 de mayo de 2009

Viceversa

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte.
Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte.
O sea,
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.
El que quiera recordar más poemas de Benedetti, puede escuchadlos de su propia voz. Decanse en paz

domingo, 3 de mayo de 2009

Mar Muerto

¡Cuántas veces sabiendo
que eras tú, yo caía
en tu misma sonrisa,
mar abierta, mar plana,
estival, pez, sacando
tus palabras conmigo!
¡Qué nadar! Tú no sabes
que ese mar tan arriba
es ya cielo, y que el aire
me sostiene tan líquido,
tan cristal, que yo en él
por tus ojos tan verdes
afilado me pierdo.
¡Qué nadar! Algas, vivas
indecisas miradas.
¡Agua mía, si helada,
aguzándome siempre!
¿No te clavo? ¿No sientes
que un trayecto, una herida
—¡qué lanzada!— en tu pecho,
agua verde, te dejo?
Con justeza te hiendo,
agua suya, y palpitas,
en tu pecho, mar grande,
en tu carne clavado.
Sin sangrar. Las espumas
te resbalan, qué piel,
qué agonía, y me guardas
en tu inmenso destino,
oh pasión, oh mar cárdeno.
Surto. Cesa tu aliento,
desfalleces, mar último,
y te olvidas de todo
para ser, sólo estar.
¡Y qué muerto! Tu verde
tan profundo, reposa
hasta el lento horizonte,
que te cierra parado.
En la orilla te miro,
oh cadáver, mar mío,
y te peso despacio
en tu carne, y mis labios
alzo fríos y secos.

sábado, 2 de mayo de 2009

A tí niño marinero

El sol se había marchado aquella tarde
y tu llegabas trayendo la luna entre tus manos.
Atentamente observabas el mundo
que tanto se alegraba de tu dulce llanto.

Se oía el murmullo del mar agitado
golpeando las rocas con sus olas bravas,
mientras el viento azotaba los barcos,
que despacio soltaban anclas.
Las aves y los peces despertaron,
pues el niño de agua, por fin había llegado.

Las estrellas que seguían calladas,
se encendieron de madrugada para iluminar tu cuna.
Al ver tu cara, distraída y sosegada,
de alegría lloraron,
y para nunca dejar de mimarte
contigo se quedaron

Elegiste para nacer la primavera,
como cual flor blanca y bella.
Yo no estaba, no te conocía,
pero ya te anhelaba.
Un favor le pedí al Guadiana
cuando el río pasó a mi lado,
muéstrame su rostro en tus aguas
para que yo ya pueda amarlo.

Pero valiente marinero,
con alma de niño y sonrisa de fuego,
fue el mar el que quiso que yo te conociese.
Una barca me trajo tu foto
y en ella ví brillar tus ojos.
Una gaviota me susurró tu nombre
que yo ya conocía.

Es en el mar donde siempre te he visto jugar.
Es en el mar donde siempre te veo feliz,
como feliz te veo hoy
vestido de blanco y luz,
luciendo uniforme de marinero.

viernes, 1 de mayo de 2009

Niego a veces tantas verdades

Quién podrá perdonar a un maestro que enseña a leer.
Quién tiene la fuerza para destruir los átomos invisibles de tu belleza.
He aprendido a saborear alambres y luego tragarlos,
a domesticar los pájaros atroces de tu sueño,
pero no puedo olvidarte.


Quién podrá perdonar a un ciego que vuelve a ver.
Quién sufre el rencor de los continentes olvidados de tu gracia.
Soy la decepcion y el hábito del desastre,
incapaz de calmar las profundidades del mundo,
y de ser sincero para amarte.


lunes, 20 de abril de 2009

¡ESCUCHEN!


¡Escuchen!
Si se encienden las estrellas
¿no será porque alguien las precisa?
¿no será porque alguien desea que existan?
¿no será porque alguien llama perlas a esos
diminutos escupitajos?

Y, sollozando inconteniblemente,
entre la ventisca y el polvo del mediodía
irrumpe en el lugar donde está Dios,
temiendo haber llegado tarde,
llora
besa su mano robusta,
y le implora
¡que siempre haya una estrella!
y jura
que no soportaría el tormento de vivir sin ellas

y después
se pasará alarmado
aunque sereno en apariencia
y preguntará a un amigo:
¿No te sientes mejor ahora?
¿Verdad que ya no temes?
¿No es cierto?
¡Escuchen!


sábado, 4 de abril de 2009

El olvido

Mientras vivimos llenamos de recuerdos la vida,
de recuerdos llenos de felicidad,
de tristeza,
de esperanza.

Mientras recordamos hacemos presente el pasado,
y vivimos,
reimos, y soñamos.

Entonces, llega el olvido
para no vivir el pasado,
para no soñar los recuerdos
¿para no sufrir lo vivido?
pero sufrimos...

No sabemos quienes somos,
en donde estamos.
¿Pero estamos?
jamás estamos
ni soñamos
ni esperamos.

En el olvido vivimos
y en el olvido
no se vive,
jamás se vive
porque la vida se ha olvidado
y nunca ha pasado
¿Pero amamos?...

viernes, 3 de abril de 2009

Quiero

Quiero soñar que todo es nuevo,
para siempre,
y una vez más
llega la tarde y la noche.
Amanece, hace frío
y tengo miedo al día.
Quiero nacer de nuevo
y esperar,
cantar y proclamar
que hay esperanza.
Quiero vivir, reir
durmiendo y esperando
que algo nuevo llega
y permanece
en silencio,
para siempre,
aunque salga el sol.

jueves, 2 de abril de 2009

Romance de la luna, luna (Romancero gitano)

La Luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados



lunes, 30 de marzo de 2009


¿Te apetece un café?

La casa amarilla


Pensar o soñar, esa es la decisión, escribe Van Gogh

Arco Iris

A veces
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo linda
o lo fea
lo vieja
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea
sonríe
cual si fuese
una revelación
y su sonrisa anula
todas las anteriores
caducan al instante
sus rostros como máscaras
sus ojos duros
frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de caprichos
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo
sonríe
y usted nace
asume el mundo
mira
sin mirar
indefensa
desnuda
transparente

Al pie desde su niño

El pie del niño aún no sabe que es pie,
y quiere ser mariposa o manzana.
Pero luego los vidrios y las piedras,
las calles, las escaleras,
y los caminos de la tierra dur
van enseñando al pie que no puede volar,
que no puede ser fruto redondo en una rama.
El pie del niño entonces
fue derrotado, cayó
en la batalla,
fue prisionero,
condenado a vivir en un zapato.
Poco a poco sin luz
fue conociendo el mundo a su manera,
sin conocer el otro pie, encerrado,
explorando la vida como un ciego.

Aquellas suaves uñasde cuarzo, de racimo,
se endurecieron, se mudaron
en opaca substancia, en cuerno duro,
y los pequeños pétalos del niño
se aplastaron, se desequilibraron,
tomaron formas de reptil sin ojos,
cabezas triangulares de gusano.
Y luego encallecieron,
se cubrieron
con mínimos volcanes de la muerte,
inaceptables endurecimientos.
Pero este ciego anduvo
sin tregua, sin parar
hora tras hora,
el pie y el otro pie,
ahora de hombre
o de mujer,
arriba,
abajo,
por los campos, las minas,
los almacenes y los ministerios,
atrás,afuera, adentro,
adelante,este pie trabajó con su zapato,
apenas tuvo tiempo
de estar desnudo en el amor o el sueño,
caminó, caminaron
hasta que el hombre entero se detuvo.